Con problemas internos dentro de Petrolero, el equipo chaqueño viajó ayer con destino a Quito, Ecuador, sin el director técnico interino, Oscar Garvizú, y con una delegación formada por 13 jugadores. Con un plantel mermado afrontará el cotejo de hoy a las 18:15 (hora boliviana) contra Universidad Católica por la Sudamericana.
Garvizú quedó fuera de la delegación porque su pasaporte fue extraviado, de acuerdo con la explicación que recibió el entrenador de parte de los dirigentes. Pero el técnico interino no confía en esta versión que recibió, apunta hacia un complot y prefirió renunciar al mando del primer plantel y continuar trabajando con las reservas hasta que finalice su contrato.
“Veo mala intención, lo interpreto de esa manera. Hay parte de la dirigencia que no quiere mi continuidad. Me voy con la frente en alto, porque se vio otro trabajo, otra actitud de equipo en corto tiempo”, indicó Garvizú.
El subgobernador de Yacuiba, José Quecaña, hizo las gestiones ante el consulado de Argentina para que Garvizú pueda viajar hacia Ecuador, pero el entrenador rechazó la oferta porque no quería correr el riesgo de dejar el país sin el pasaporte original.
Quecaña, quien meses atrás pidió permiso indefinido de la presidencia de Petrolero, renunció de manera irrevocable ayer. “Si el problema soy yo, entonces prefiero retirarme. Hay una mano negra para hacer quedar mal a Quecaña y no a Petrolero”, indicó Quecaña respecto a los cuestionamientos políticos de parte de la oposición por su acercamiento al equipo chaqueño.
El problema que surgió en la jornada también provocó la salida de los dirigentes Florencio Vargas (presidente interino) y Carlos García (secretario general) por lo que Petrolero quedó a la merced.
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